SIEMPRE HAY ESPERANZA
Mi pareja es alcohólica, estoy desesperada, hasta pienso en matarle pero le miro a mis hijos y me contengo.
MILENA DE LORETO
32 años
SUFRO. Hace como un año que mi vida se volvió un infierno, mi marido se volvió loco por la bebida, hace tres años que estamos bajo el mismo techo con 6 hijos, que son mi sostén ante la pesadilla que me toca vivir.
Cuando lo conocí tomaba, pero no exageraba, ahora día y noche toma, juega volley con los amigos donde nunca falta el trago, se duerme en la calle y si viene a casa, me trata de lo peor.
A veces esta sin tomar, se pone pire vai, le hablo y se va como para tomar, vuelve y me dice de todo, cosas irreales como que yo no respto ni marido ajeno, y eso no es cierto, de los chicos yo no salgo ni un paso.
"Me desespera a mi y a todos los chicos".
Nuestras vidas ya van de mal en peor, le digo que tiene que cambiar por sus hijos, me mira y me cambia de conversación, me dice que nos quiere mucho y se pone a llorar.
La verdad que estoy cansada, pienso ponerle algo en su bebida, hasta cosas peores en un momento de desesperación, pero le miro a mis hijos y me voy cocino una ollada y como todo. Me fui al doctor le pedí un sedante, alguna pastilla para calmar mis nervios, pero me negó, se dio cuenta que estaba mal y tuvo miedo de que tome todo de una vez. Dame un consejo.
RESPUESTA. El alcoholismo es una enfermedad que esclaviza la voluntad, para curarse falta aceptarlo y decidir dejar la bebida. La familia también debe pasar por un proceso de recuperación. Empezá por acercarte vos a los grupos que ayuda para saber cómo actuar, hablarle a tus hijos para que puedan entender lo que le pasa a papi. Llamale a la hermana Regina 0981 871468 ó 307 525, ó pregunta en las parroquias más cercanas a tu casa.
Tené paciencia, la recuperación lleva su tiempo, pero si en algún momento están en peligro vos o tus hijos no pienses dos veces para denunciar. Si te superan los “nervios” agarrá con fuerza una almohada hasta que se te pase la rabia, evita responder a las agresiones, mucho menos atentar contra tu persona, siempre hay esperanza. Suerte y dale un besote a la beba.
MILENA DE LORETO
32 años
SUFRO. Hace como un año que mi vida se volvió un infierno, mi marido se volvió loco por la bebida, hace tres años que estamos bajo el mismo techo con 6 hijos, que son mi sostén ante la pesadilla que me toca vivir.
Cuando lo conocí tomaba, pero no exageraba, ahora día y noche toma, juega volley con los amigos donde nunca falta el trago, se duerme en la calle y si viene a casa, me trata de lo peor.
A veces esta sin tomar, se pone pire vai, le hablo y se va como para tomar, vuelve y me dice de todo, cosas irreales como que yo no respto ni marido ajeno, y eso no es cierto, de los chicos yo no salgo ni un paso.
"Me desespera a mi y a todos los chicos".
Nuestras vidas ya van de mal en peor, le digo que tiene que cambiar por sus hijos, me mira y me cambia de conversación, me dice que nos quiere mucho y se pone a llorar.
La verdad que estoy cansada, pienso ponerle algo en su bebida, hasta cosas peores en un momento de desesperación, pero le miro a mis hijos y me voy cocino una ollada y como todo. Me fui al doctor le pedí un sedante, alguna pastilla para calmar mis nervios, pero me negó, se dio cuenta que estaba mal y tuvo miedo de que tome todo de una vez. Dame un consejo.
RESPUESTA. El alcoholismo es una enfermedad que esclaviza la voluntad, para curarse falta aceptarlo y decidir dejar la bebida. La familia también debe pasar por un proceso de recuperación. Empezá por acercarte vos a los grupos que ayuda para saber cómo actuar, hablarle a tus hijos para que puedan entender lo que le pasa a papi. Llamale a la hermana Regina 0981 871468 ó 307 525, ó pregunta en las parroquias más cercanas a tu casa.
Tené paciencia, la recuperación lleva su tiempo, pero si en algún momento están en peligro vos o tus hijos no pienses dos veces para denunciar. Si te superan los “nervios” agarrá con fuerza una almohada hasta que se te pase la rabia, evita responder a las agresiones, mucho menos atentar contra tu persona, siempre hay esperanza. Suerte y dale un besote a la beba.
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