Una mamá soltera

No soy feliz. Desde muy jovencita convivì con un hombre mucho mayor
que yo. Convivimos casi un año. Todo ese tiempo se pasò siéndome
infiel, aguantè por mi familia, por el supuesto honor de la familia.
Al final me embaracè y me botò de su casa, y terminè de nuevo en la
casa de mis parientes. Ahora tengo un bebé divino, que es mi vida,
pero no soy feliz. No sé qué me pasa, odio recordar que soy madre
soltera, no sé qué hacer, enserio. Me siento tan sola.
Hace un año que terminamos pero solíamos vernos de vez en cuando,
durante unos meses después de que me embaracé, pero solo para tener
relaciones, ante los demás no éramos nada, eso le decía a sus amigos.
Me sentía una prostituta. El se comportaba así con todas las mujeres,
yo sabía bien de sus antecedentes, creo que nunca va a cambiar más.
Tiene un carácter demoníaco. Hasta ahora nos vemos pero ya como amigos
solamente.
Ahora mi hijo ya tiene 4 meses de vida. Nos suele llevar a su casa,
pero él ni un p
elo me toca ni yo tampoco a él lo busco. Mi vida no cambió demasiado,
sigo con mis familiares viviendo, me tratan bien, pero lo que no
soporto es que yo lo tenía todo, era la más admirada de todo el
barrio, la más linda y ahora no me tienen en cuenta. Antes todos se
fijaban en que yo era la mejor vestida del barrio, hasta ahora, solo
que cuando estoy con el papá de mi hijo me hace sentir todo lo
contrario, parece que le doy asco. Nos conocimos en una cancha, cuando
eso me conquisto por ser cariñoso y detallista, pero luego cambió
totalmente. Ahora me doy cuenta que se comporta así con todas las
mujeres, al principio todo bien, aparenta ser el hombre perfecto,
luego te maltrata y después te adula. Cuando yo me quedé embarazada,
él me engañó con una nena mucho menor que yo. El mismo me llegó a
mostrar los mensajes y fotos de la chica para picharme, así fue que
empezamos a pelearnos. Le reclamé y me pegó, y le dije que ya no
quería estar con él y me botó de la casa, después de compartir 10
meses el mismo techo. Antes de él tuve otro novio pero nunca lo llegué
a querer como al papá de mi hijo.
Y me duele ver a la gente feliz, a la gente a mi alrededor, de la
mano con sus hijos, del brazo de sus maridos mientras que yo ando por
todas partes sola, con mi bebé.
Siempre salgo sola con mi bebé y eso duele, duele ser madre soltera.
Cuando me acompañé yo solamente tenía en mente formar una familia y
que con la llegada de mi hijo, sería completa. Jamás quice ser una
madre soltera o tener un hijo sin papá.
Gracias a Dios, estoy superando todo, de a poco. No niego que aún le
quiero a mi ex pero pienso que es mejor estar sola con mi hijo que
permanecer al lado de un maltratador. No soportaría que mi hijo vea
cómo su papá maltrata a su mamá. Pero no entiendo bien que es lo que
me pasa, a veces las cosas me son claras, otras no y me siento mal.
Por ahora pienso seguir sola, trabajar y no hacerle faltar nada a mi
bebé. Esta es la triste historia, pero que ya estoy superando.


SOFI DE ASUNCION, 18 AÑOS.

RESPUESTA: Gracias por compartir tu historia, tendrás que hacer algo
con esos bajones de ánimo. La vida es linda si aprendemos a dejar de
suspirar por las cosas que faltan, perdemos el tiempo fijándonos en
las carencias sin aprovechar lo que tenemos. Socioculturalmente hay
personas que le tienen pena a las mujeres que se rotulan como “mamá
soltera”, y contrariamente son las más audaces, las que salen adelante
con sus hijos, porque tienen un motivo que las hace más fuertes. Pero
son conceptos que se aprenden, prejuicios que se transmiten, hay
muchas mujeres que al igual que tu, están con el mismo resentimiento.
Hasta que no te perdones por lo que crees que hiciste mal, seguirás
con ese sentimiento de infelicidad. No envidies la felicidad ajena,
al contrario, deseales el doble- de corazón-, salpícate de ideas
positivas.
Por ahora concentrate en tu rol, da lo mejor que puedas y disfruta
porque los hijos crecen demasiado rápido. No pierdas la esperanza de
encontrar el amor, tal vez ya no con tu ex que no supo valorar la
relación, hay personas que no están preparadas para formar un hogar.
Da la vuelta la página y empezá a escribir tu historia nuevamente.