“Puede que el hijo que tenemos no sea mío”
¦ Lunes, 15 de Julio de 2013 »
Los hijos son los que más sufren con las andanzas de sus padres. - Ampliar
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Hace 10 años que está casado, todo era felicidad en su casa para él
cuando se enteró que por fin sería papá, ahora su ilusión se quedó por
el piso cuando su cuñada le contó algunas cosas de su pareja.
Licenciada, yo me estoy muriendo por dentro, porque descubrí que mi
mujer anda con otro y que el hijo que tenemos puede que no sea mío. ¿Qué
puedo hacer?
Yo tengo 33 años, y estamos casados hace 10 años y mi hijo tiene un año apenas de nacer, recuerdo que fue una alegría tremenda para mí saber que al fin ella estaba encargando a la cigüena, porque mucho procuramos. Ahora que hago memoria, desde esa época que a ella la sentía diferente en la cama, ya no era la misma conmigo. Era como que yo hacía todo, ella solamente se quedaba quieta, esa pasión o ese deseo que antes le salía por los poros ya no lo sentía igual.
Yo jamás dudé de mi señora hasta que un día estando en ua ronda de tragos, en medio de un acontecimiento familiar, su hermana se me acercó al oído y me dijo: atendé más que “Muñeca” tiene otro. Así fue que mi mundo se me vino abajo, yo no sé si era por el alcohol o si por el comentario de mi cuñada que tuve una sensación de mareo, se me nubló la vista por completo. ¿Cómo? Le pregunté esperando que por alguna cosa del cielo yo haya escuchado mal.
Ella anda con un hombre casado, remató diciendo mi cuñada. Después ya no me quiso decir más nada y no sé por qué, pero ya no vino más a la casa, después yo comencé a investigar y descubrí la verdad. Había sido que se mete con el panadero de mi vecino, un muchacho joven que viene todos los días del interior a trabajar acá en San Lorenzo, siempre admiré su espíritu de trabajo. Jamás imaginé que él sería capaz de meterse con mi señora, siendo además casado.
Estuve esperando una señal de arrepentimiento de mi señora, pero no pasa nada. Yo los vi hablando juntos muy entusiasmadamente, le pregunté y me respondió de manera argelada, y acaso ya no puedo hablar más con nadie? Con eso me dio a entender que soy yo el problemático y celoso. Me siento muy mal, qué puedo hacer, yo le quiero demasiado a ella, cómo pudo hacerme así.
Carlos, de Asunción, 33 años
Respuesta
Se comprende que la situación haga latir más fuerte tu corazón, tenés que buscar la calma a pesar del dolor y la rabia que son normales tras una infidelidad, si es que no se trata de un malentendido. Si son una pareja estable sería importante que intenten hacer terapia juntos antes de tomar cualquier decisión, pensando en que la buena convivencia es importante decidan o no separarse.
Tenés que hablar del problema, no conviene guardarlo o hacer como que no pasó nada porque tarde o temprano los recuerdos de los acontecimientos como te imaginás que pasaron pueden desencadenar en un descontrol de emociones. Eso te puede traer problemas no solo en tu casa sino también en tu trabajo con los demás, hasta enfermarte si no hacés nada por sanar las heridas y retomar el equilibrio.
La clave para salir adelante está en sacar afuera esa rabia, desahogarte y después de calmarte definir el rumbo. Expresar esos sentimientos no de manera agresiva sino de una manera más sana. Tenés que tener la mente abierta y sin dañar a otros siendo asertivo, eso no significa arremeter contra los demás o exigir, sino ser respetuoso con uno mismo y los demás aunque estés dolido. Sea o no tu hijo, igual le debes amor y consideración.
Yo tengo 33 años, y estamos casados hace 10 años y mi hijo tiene un año apenas de nacer, recuerdo que fue una alegría tremenda para mí saber que al fin ella estaba encargando a la cigüena, porque mucho procuramos. Ahora que hago memoria, desde esa época que a ella la sentía diferente en la cama, ya no era la misma conmigo. Era como que yo hacía todo, ella solamente se quedaba quieta, esa pasión o ese deseo que antes le salía por los poros ya no lo sentía igual.
Yo jamás dudé de mi señora hasta que un día estando en ua ronda de tragos, en medio de un acontecimiento familiar, su hermana se me acercó al oído y me dijo: atendé más que “Muñeca” tiene otro. Así fue que mi mundo se me vino abajo, yo no sé si era por el alcohol o si por el comentario de mi cuñada que tuve una sensación de mareo, se me nubló la vista por completo. ¿Cómo? Le pregunté esperando que por alguna cosa del cielo yo haya escuchado mal.
Ella anda con un hombre casado, remató diciendo mi cuñada. Después ya no me quiso decir más nada y no sé por qué, pero ya no vino más a la casa, después yo comencé a investigar y descubrí la verdad. Había sido que se mete con el panadero de mi vecino, un muchacho joven que viene todos los días del interior a trabajar acá en San Lorenzo, siempre admiré su espíritu de trabajo. Jamás imaginé que él sería capaz de meterse con mi señora, siendo además casado.
Estuve esperando una señal de arrepentimiento de mi señora, pero no pasa nada. Yo los vi hablando juntos muy entusiasmadamente, le pregunté y me respondió de manera argelada, y acaso ya no puedo hablar más con nadie? Con eso me dio a entender que soy yo el problemático y celoso. Me siento muy mal, qué puedo hacer, yo le quiero demasiado a ella, cómo pudo hacerme así.
Carlos, de Asunción, 33 años
Respuesta
Se comprende que la situación haga latir más fuerte tu corazón, tenés que buscar la calma a pesar del dolor y la rabia que son normales tras una infidelidad, si es que no se trata de un malentendido. Si son una pareja estable sería importante que intenten hacer terapia juntos antes de tomar cualquier decisión, pensando en que la buena convivencia es importante decidan o no separarse.
Tenés que hablar del problema, no conviene guardarlo o hacer como que no pasó nada porque tarde o temprano los recuerdos de los acontecimientos como te imaginás que pasaron pueden desencadenar en un descontrol de emociones. Eso te puede traer problemas no solo en tu casa sino también en tu trabajo con los demás, hasta enfermarte si no hacés nada por sanar las heridas y retomar el equilibrio.
La clave para salir adelante está en sacar afuera esa rabia, desahogarte y después de calmarte definir el rumbo. Expresar esos sentimientos no de manera agresiva sino de una manera más sana. Tenés que tener la mente abierta y sin dañar a otros siendo asertivo, eso no significa arremeter contra los demás o exigir, sino ser respetuoso con uno mismo y los demás aunque estés dolido. Sea o no tu hijo, igual le debes amor y consideración.
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