“QUIERO CONOCER A MI MAMA”

Tenía días de nacer aún con el cordón umbilical, cuando la dejó en la casa de una señora en Yaguarón, con un atadito de ropas y el certificado de nacimiento

A veces sueña con su mamá Graciela Fernández (48), de Capiatá, se imagina cómo sería un abrazo con ella, hasta hoy día sigue buscando a su mamá a quien nunca conoció. Sabe que se llama Matilde Florentina Estigarribia, así figura en el certificado de nacimiento que dejó en la casa de una extraña en Yaguarón y nunca más apareció.

La misma siente tanto en estas fechas que nunca haya podido decirle “felicidades mamá” a nadie. “Según lo que me contó la persona con quien me quedé, mi mamá apareció un día a su casa y le dijo que tenía que venir a Asunción a traer víveres, y que no me podía llevar con ella, por más de que la señora no quería que yo me quede, mi mamá insistió y entonces quedaron en que me iba a dejar hasta el día siguiente, pero nunca apareció”, explicó Graciela.

Sufrió mucho desde pequeña, ya que la mujer con la que su mamá le dejó no la quería y la trataba muy mal. “Yo era la criada ahí, nunca me quiso la señora, seguramente porque yo no era su hija, ni un solo cumpleaños me festejó”, le bajó la kuñakarai.

Ahora lo que ella pide es una pista, una ayuda porque principalmente quiere encontrar a su mamá, que en una bolsita con su ropa había dejado su acta de nacimiento que hasta ahora tiene Graciela, gracias a lo que sabe el nombre de su mamá y su papá.

“Yo quiero conocerle a mi mamá, porque fui reconocida, y si no me querían no me iban a reconocer, quiero saber y entender por qué lo que me dejó. Si se da la oportunidad también querría conocerle a mi papá que se llama Cleofe Fernández estaría en Paraguarí”, dijo.

Ella comentó que pudo conseguir datos de que su mamá vive en San Lorenzo, pero exactamente dónde no sabe, por lo que pide ayude de la gente que la conozca.

LUCHADORA

Ña Graciela es mamá de 4 hijos a quien prácticamente sola crió he’i. Se separó de su marido hace un tiempo justamente porque les tenía muy de lado. La doña hace de todo un poco para ganarse la vida y mantener a sus hijos que todavía le quedan porque dos de ellos ya trabajan y la ayudan.