“Mi marido quiere que el gato esté presente cuando lo hacemos”


 
Poco a poco se fue cortando la intimidad y las peleas fueron la constante desde que su pareja se encariñó al extremo con la mascota que adoptó para hacerle compañía en la casa.

Hace 5 meses que tengo problemas con el sexo y no sé qué puedo hacer o a quién contarle porque sé bien que se van a reír todo de mí si le confío esto a mis amigas.

Soy una mujer casada hace 23 años, mi marido se jubiló este año y parece que eso le afectó en muchos sentidos, ya no es el mismo y eso se nota en la cama.

No hablamos mucho porque casi no estamos en todo el día juntos, el único momento que compartimos es la pieza y no da gusto más porque peleamos mucho.

Te cuento cómo viene la mano: Como yo sigo trabajando y él tiene más horas libres y está muy solo en casa, porque nuestros hijos son todos grandes ya -la mayoría se casó o formó su familia también- y como ya no podemos tener hijos adoptó un gatito peludo y blanco.

Todo bien con los animales, a mí me gustan, yo los alimento, los cuido, los mimo pero mi marido ya es el colmo, porque quiere dormir con el gato. Yo no aguanto luego que se suba en la cama y para colmo de males no quiere que lo saque de la pieza, quiere que esté presente cuando lo hacemos, por supuesto que entré en corto. Una vez le dejé que duerma con nosotros, pero después ya me daba asco, porque él quería hacer cosas raras con él, le ponía sobre su panza y después ya no te quiero contar, cuando me dijo que lo toque al gato le mandé a la mierda.

Y desde esa vez que todas las noches peleamos por el animal, por lo menos logré que le ponga sobre una almohada en el piso pero cuando yo duermo no sé si él le alza o el gato nomás ya de caradura se sube.

Yo le echo y mi marido se enoja luego, me dice que es un pobre bicho que no tiene la culpa, y puede ser, pero lo que no entiendo es por qué su obsesión por quererlo en medio de los dos. Estoy pensando seriamente en agarrar y tirarlo, pero -como te digo- él está pendiente de él todo el tiempo, y tampoco quiero separarme por una cosa así, pero te digo que hablando no podemos resolverlo más, ya le dije de mil maneras que se deshaga del condenado, pero no hay caso. Y desde hace 5 meses más o menos, como te dije, ya no tenemos más nada y yo tengo también mis necesidades como mujer, no entiendo qué le puede estar pasando a mi marido.

OFELIA, DE GUARAMBARÉ, 45 AÑOS

RESPUESTA: Pueden darse cambios emocionales o de conducta cuando se experimenta aquello que se conoce como “nido vacío”, normalmente es una etapa pasajera. Tanto hombres y mujeres experimentan una sensación de desánimo (ndovy’ái) cuando los niños han terminado de crecer y se van de la casa. Lo ideal es que se busquen actividades para llenar los espacios y el tiempo que se le dedicaba al trabajo o los hijos, una mascota puede ser una alternativa hasta que se convierte en un motivo de conflicto entre los dos. Es mejor resolver el problema cuanto antes en vez de ignorarlo; de lo contrario, puede que estén bien un día o dos y en cualquier momento “salta el conejo”, así se vuelven las peleas interminables. Ahora bien, en el plano sexual hay personas que tienen parafilias, es decir algunos “mambos” más allá del amor. Para ser más específica, que necesitan algunas cosas prohibidas, rarófilas, hasta la presencia de animales para sentir placer durante el sexo.


Muchas veces la pareja acepta y no hay tanto drama, pero cuando el deseo sexual del otro se hace nocivo para alguno, es necesario que se acerquen a consultar y ver cómo resolver en paz la situación.

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