Peques escrachan avei a los 23 parlanchines
Los peques están indignados porque las
autoridades no ven las necesidades en materia de educación.
EN ESCUELITA DE TOBATÍ
He’i que cuando sean grandes quieren
ser “niñeros” y trabajar en Asunción
Hace un año que en el asentamiento
Kuña Aty de Tobatí más de cien niños esperan el reconocimiento
del Ministerio de Educación para la apertura de la escuela. La
escuela funciona gracias a profes voluntarios, no reciben ningún
aporte ni vaso de leche del Estado, mientras que se da ponchada de
plata para los familiares de los grandes políticos del país. Para
los registros del MEC ellos ni siquiera existen, porque no son
personas influyentes o no tienen -como se dice- “kavaju”. Cuando
los niños preguntaron por qué en otras escuelas toman leche con
galletita, y ellos no... se les cayó el alma por el suelo a los
profes que armaron una manifestación al final de las clases. “Los
niños del sexto grado irónicamente decían, que cuando sean grandes
quieren ser niñeros y trabajar en Asunción”, contó el profe Eric
Yegros, uno de los voluntarios que enseñan en las precarias aulas
levantadas.
Este año ya terminan las clases y los
peques se despiden así con mucha humildad en medio de tantas
necesidades, pero a pesar de eso con una sonrisa en sus rostros. “No
tendrán un brindis con gaseosa, ni bocaditos para despedir el año
lectivo, pero sí se llevarán los mejores recuerdos con un vaso de
jugo y una gran tallarinada este sábado”, contó el profe.
La sitú de la escuelita
Son aproximadamente 100 niños donde
funciona desde el preescolar hasta el sexto grado. Han tramitado
todos los documentos requeridos por la Supervisión, hasta que al
final cuando solo hacía falta la firma del supervisor
administrativo, este se desentendió ndaje del tema. Afortunadamente
se logró que los niños figuren en una escuela llamada San José,
así no perderán su año escolar.
Esperan que el nuevo gobierno acepte
los documentos presentados para la apertura el próximo año, se
habilitará solamente el preescolar.
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