Receta para sanar un corazón herido
SUELTA
LAS PENAS Y VUELVE A SONREÍR
A
todos les toca en algún momento la flecha de Cupido, un instante
fugaz donde dos corazones se unen, pero si el encanto es pasajero,
alguien de los dos queda con el mal de amores, una enfermedad fácil
de diagnosticar pero difícil de curar si uno mismo no se lo propone.
Si es tu caso, date la oportunidad para desplegar tus alas hacia
horizontes nuevos, dejando atrás la amargura y esas emociones que si
bien te hicieron feliz alguna vez, hoy solo te hacen derramar
lágrimas. Que nada perturbe tu derecho a ser feliz, tomá nota de
estos pasos que te ayudarán a retomar ese objetivo en la vida:
1-
ACEPTACIÓN. El primer remedio contra el mal de amores es aceptar la
situación ya sea si él se fue o si ambos así lo decidieron por más
que pueda sonar raro. Saca afuera esos sentimientos de malestar,
sensación de fracaso, de ser el perdedor, tristeza, angustia,
procesá, dale sentido y buscá otras alternativas. Cada quien tiene
su forma de canalizar, como que ellas se dan más permiso que ellos
de manifestar el dolor, pero a los dos les hace bien hablar. Ayuda
una conversación con alguna persona que aconseje o simplemente ayude
a despejar la mente.
2-
AMOR PROPIO. Quererse, mimarse, hacer cosas que te agraden ayuda a
levantar esa autoestima que es lo primero que se golpea cuando se
rompe el corazón. Es importante reconocer que existís a pesar de
que esa persona ya no está, y salir a flote. Hacé caminata, salí a
pasear, tomá sol, date un gusto aparte.
3-
ALMOHADA. Date permiso para llorar, si no quieres que nadie te vea,
acude a tu fiel almohada, quien conoce los secretos más profundos y
con la que puedes expresar el coraje y la impotencia. Una vez que
hiciste la terapia de la almohada, borrón y cuenta nueva, empezá a
saludar con alegría de nuevo la vida.
4-
CONFIDENTE. Buscate una amiga o amigo que te escuche y si no
encuentras acercate a un consejero profesional, un psicólogo que te
puede orientar sin opinar ni mucho menos juzgar. Empezá un proceso
de sanación.
5-
TIEMPO. Dale tiempo al tiempo, acordate de todo lo que pasó, anotá
en un cuaderno no solo cosas negativas sino también lo positivo.
Fijate en tus pequeños y grandes logros y los objetivos que tengas
en la vida y si no encuentras nada, es hora de que empieces a
trabajar por ellos.
Siempre
que estamos mal creemos que nunca pasará, pero ningún dolor es
eterno, todo depende de la fuerza y la actitud con que encaremos el
desafío día a día.
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