"Pillé macanadas en el celu de mi marido"
LA
CLINICA
Mi
marido tiene 51 años pero no deja de macanear, encuentro mensajes de
mujeres en su celular y eso me deja mal, yo quiero que se deje de la
macanada, pero siempre existe la tercera persona.
ESTELA,
DE CAAPUCU, 50 AÑOS
RESPUESTA:
Guarda
este mensaje en tu chip "Valgo mucho más que un aparatito
insignificante", tenés que reducir ese impulso por controlar,
eso se logra aclarando tus ideas. Hace bien hablar de los celos, pero
creo que en realidad lo que te molesta es no estar en ese pequeño
mundo íntimo de relacionamiento como se volvió el celular, en
muchos casos "chatear" es un escape que las personas
adoptan. No puedo poner la mano en el fuego por tu marido, pero ya es
una exageración asegurar que todo número extraño es alguna
cabezudeada, a veces se evidencian cosas, otras, uno malinterpreta.
Para evitarte un desgaste emocional tenés que pensar que si lo único
que logras con tu actitud posesiva es atormentarte tendrías que
cambiar esos pensamientos de inseguridad. No basta con ser positiva,
para cortar de raíz tenés que animarte a decirle que te hace mal y
que de alguna manera él te ayude, no guardarte todo en silencio.
Chateos
que dañan
HDescubrí
mensajes amorosos en el celular de mi marido dedicadas a otra mujer.
Tengo destrozado el corazón y psicológicamente estoy desecha.
RAMONA
DE YUTY
43
años
RESPUESTA:
Estos casos son mejor tratarlos en consultorio, hay que hacer ese
intento por superar el trago amargo del engaño ya sea que te separes
o no, el corazón queda contaminado. Puede durar por años en tu
mente si no haces algo, se sale adelante si uno se propone. Me
encanta que sigas tus metas, que no te quedes solo con el dolor,
aunque ese dolor a veces es la que impulsa hacer cosas positivas por
uno mismo, como un motor necesario para transformar. En cualquier
centro de salud podés encontrar asistencia psicológica, creo que,
sin costo alguno, si no puedes pagar un terapéuta. Tenés mucho por
delante, no te detengas. En cuanto a tu marido, puede que esté
pasando por la crisis de los 40 años, cuando los hombres se niegan
aceptar el paso del tiempo y buscan algo que los mantenga,
eternamente jóvenes.
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