UN SUFRIDO AMOR: “Mi pareja es bipolar y hasta pensé en dejarla”
Hace algunos años mi vida era un
infierno, no entendía cómo la mujer que amaba tanto y la que juré
amar toda la vida cambió tanto de la noche a la mañana.
Era celosa al extremo, un día me tiró
toda la ropa a la calle porque creyó que le piropeé a la niñera,
empezó a gritar, hizo un escándalo de aquellos que el vecindario
hasta ahora recuerda porque hasta la Policía intervino.
Había tiempos buenos, pero otros muy
difíciles, mis hijos eran aún pequeños y me sentía muy culpable
porque ellos crecían en un ambiente de violencia y peleas
constantes.
Pensaba que si los dejaba con ella
sería peor, porque a veces ella entraba por semanas en su pieza a
llorar sin decir por qué. Ella me echaba la culpa de todos sus
fracasos y frustraciones a mí, sin darme oportunidad de defenderme
siquiera.
Ya estaba viendo a un abogado para
divorciarme porque no podía entender por qué mi señora reaccionaba
de repente tan agresivamente. Hasta que un día fuimos juntos a un
psicólogo para ver cómo podíamos mejorar nuestra relación y saltó
que ella sufría de un trastorno bipolar y que ese era el motivo de
su maltrato hacia mí. Allí me quebré, dejé de lado mi intención
de separarme y la acompaño desde entonces en los altibajos de la
enfermedad. Ahora estamos mejor y con mi historia solo intento dar
esperanza a otras personas que están pasando por lo mismo.
MAURO, DE ITAPÚA, 47 AÑOS
RESPUESTA:Cuando la pareja sufre un
trastorno mental como una depresión es común que se pregunten si
son culpables o reproches como ¿por qué se deja estar así? La
mayoría de las veces pensamos que el amor todo lo cura, pero en
estos casos es necesario un tratamiento interdisciplinario médico y
psicológico, si se puede integrar grupos de autoayuda.
Es muy importante que la pareja se vea
involucrada lo más posible en la terapia, para que pueda registrar e
interpretar síntomas y saber cómo actuar cuando se dan los cambios
drásticos de humor.
Pueden pasar de ser muy activos y
felices a sentirse muy tristes y desesperanzados, cuando el
diagnóstico es un trastorno bipolar.
Es necesario tener paciencia, amor,
pero también poder establecer algunos límites, porque uno no puede
renunciar, aguantar toda su vida o someterse a la pareja.
Hay que tener en cuenta las necesidades
de cada uno, fortalecer el diálogo, cuanto más claro se hable y se
diga lo que se siente y piensa y hasta dónde está dispuesto a
ceder. Gracias por compartir tu caso.
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