Con moneditas que recibe en la calle ya se dio el lujo de recorrer el mundo

Uno de esos días inestables que tenemos en pleno verano, una extraña dama bailando el hula hula bajo la lluvia paralizaba miradas en uno de los semáforos sobre la ruta 2 en Capiatá. Te contamos su historia.

Muchos pensarían que ella lo haría por necesidad; sin embargo, para esta joven universitaria de 24 años, la historia es distinta al pasar el sombrerito a cambio de algunos guaraníes por el espectáculo, siempre con una sonrisa en los labios. Se trata de Maya Terra Frota, de 24 años, es norteamericana, nació y se crió en California, aunque toda su familia es brasileña.

Ella contó que decidió viajar por el mundo, aprender otros idiomas y culturas, bailes, otras costumbres, cuando terminó la Universidad, donde estudió Ciencias Sociales del medio ambiente, aunque desde ese tiempo ya viajaba, estuvo un año por Europa, 6 meses en Perú, siempre que tenía vacaciones viajaba. Ahora continúa con un grupo de amigos sin rumbo, entró al país por Foz en bicicleta con dos amigas más, una chilena y una alemana. Se instalaron en la casa de unos amigos en Areguá.

“La vida es más sencilla, conocen gente, se integran y van emprendiendo viaje, sobreviviendo de malabares, artesanía, música, todos hacen algún arte”, contó.

Es más un estilo de vida, aprovechan al máximo el día sin preocuparse tanto por el mañana, no hay necesidad que la detenga, lo hace porque le gusta, porque si quisiera un trabajo estable tiene posibilidades o estabilizarse en un lugar puede, si quiere, reconoce Maya.

Según la joven, su familia entiende aunque hay momentos en que se preocupan porque puede pasar un largo tiempo sin comunicarse, pero saben que ella se cuida y es muy feliz con la vida que lleva. 

 

Miradas de todo tipo

Por la lluvia, sus otras compañeras de aventuras no quisieron salir, pero ella se sintió con la energía para intentar hacer el bailecito, acababa de llegar hacía unas pocas horas, y parecía disfrutarlo.

“Hay gente que apoya y reconoce que estás ahí con buenas intenciones, y hay otros que tienen miedo por estar en la calle trabajando, tiene otra idea, otra imagen de que tus intenciones son malas solo porque estás en la calle”, describió como la respuesta del público.

Ella está acostumbrada a realizar acroyoga, un arte que mezcla la yoga con la acrobacia de esos que levantan personas y se balancean en el aire, pero esta vez solo se abrió paso entre los vehículos con los movimientos rítmicos del ula ula.

En ninguna situación se quedó con mucha necesidad, siempre junta para lo que necesita que también es poco, solo gasta dinero en comida y mantener la bicicleta para viajar y de vez en cuando comprarse ropa o zapatos. Ahora fueron recibidas en Areguá por unos amigos, pero muchas veces se queda con los bomberos, y si es un pueblo monta una carpa en una plaza, o con los vecinos pregunta dónde hay espacio donde no va a molestar para armar la carpita.

¿Dejó todo por seguir el sueño?

“Hay muchas maneras para vivir, no es que encontré la mejor manera, sino que para mí esto sirve y cada uno tiene que seguir lo que uno gusta, si te sientes animado por algo hacelo, este momento es parte de tu vida, no puedes pensar solo en el futuro, tenés que vivir el presente”, respondió ante la consulta de si vale la pena dejar todo por perseguir un sueño, explica que ha’e oikomínte.

“Es importante invertir para saber cómo vivir en 10 años, pero aprovechar siempre de este momento porque uno no sabe qué va a pasar de esta vida y disfrutar de este momento para eso estamos, cuidar de la gente querida y buscar estar bien, si no estás feliz cambiá algo porque tenemos mucho poder, tenemos toda la libertad del mundo”, agregó.

LA COMUNIDAD BALANCEANDO

Para los que desean contactarse contó que en el face su prima tiene una comunidad que se llama balanceando, es un grupo donde los ciclistas viajeros alzan sus actividades. Serían como hippies modernos, aunque son totalmente distintos, talvez sea una manera de entender la forma en que viven. Maya aclara que son viajeros, además de paz y amor ellos tienen el agregado de ser más cuidadosos con la naturaleza.