“Me cansé de que me trate como empleada de la casa”
SE
REFUGIÓ EN UN AMANTE
Se
decepcionó de su vida en pareja después de 24 años y se aventuró
a lo desconocido para recuperar el tiempo perdido con un viejo amor.
Esta es la segunda parte de la historia publicada el 27 de noviembre en Crónica.
Ya
libre de su señora, él estaba con más tiempo y deseaba saber de
mí, yo nunca supe su casa ni cómo era su vida, tampoco él sabía
del todo detalles de la mía.
Soy
de las que piensan que todo lo que sea de nuestro hogar tenía que
ser sagrado, aunque los problemas con mi marido empezaron ya hacía
como 4 años, pero no quería que él supiera nada. Esa discreción
era más por los chicos, aparte que mi esposo es una persona muy
posesiva, manipuladora y dominante, controladora, nada se le
escapaba. Tal vez eso mismo hizo que mi vida con él sea monótona y
rutinaria. Mi marido se iba a la cancha, digamos toda la semana menos
los domingos, cuando no jugaba, pero veía en la tele fútbol y solo
hablaba de lo que pasó en uno de sus torneos o lo que pasó en la
casa de su mamá. ¿Y yo qué podía contar?, si, no salía a ninguna
parte. Si veía una noticia en la tele, eso era todo el comentario
que podía hacer, y con todo eso nunca me escuchó, solo importaba lo
que él decía o hacía y que tenía que hacerse.
Yo
simplemente era la mucama, la enfermera, la cocinera, la manicurista
y la que tenía que ponerse bien en la cama, como se dice, al día
con el macho. Todo eso me aburrió, yo nunca le importé a nadie
porque siempre estaba ahí para todos hasta que un día enfermé y me
di cuenta que yo no era de hierro.
Un
día no pude levantarme del dolor de cabeza y nadie me pasó un vaso
de agua, mi marido me miro y lo que me dijo fue -¿todavía no te
levantasté?- eso me hirió mucho. Al menos si me hubiera preguntado
-¿cómo estás o qué necesitas?- sería otra cosa, pero no.
Este
otro hombre me devolvió la pasión, las ganas a la vida, sus
caricias, palabras, levantaron de nuevo mi ego y disfrutaba con él.
Mi marido vio ese cambio en mí, era más rozagante y le picó la
curiosidad y me empezó a vigilar más que de costumbre porque yo no
tenía amigas y si me voy con mis hermanas él tenía que saber hasta
de lo que hablamos. Si por ahí me olvidaba u omitía algún detalle
por A o B motivos y se enteraba, me recriminaba hasta más no poder.
Ahora no sé qué hacer, tengo la oportunidad de ser feliz con
alguien que me valora, pero por otro lado no estoy segura de querer
dejar mi casa.
MARÍA,
DE LAMBARÉ, 44 AÑOS.
RESPUESTA:
Siempre se necesitan estímulos que dan ese toque diferente a la
vida, si tu pareja no está haciendo bien los deberes lo ideal sería
hacerle saber, así ambos tienen la misma oportunidad de reconocer
los errores y construir una relación más sana. Es mejor vivir el
presente que estar siempre atada al pasado, tal vez lo que estás
rememorando con tu ex sea fantástico pero pasajero. Sería bueno que
te sentaras a pensar si estás como para jugarte con una aventura,
que puede se convierta en una relación real con todos los problemas
y crisis propias de una relación, o darle una chance a ese hombre
que para bien o mal comparte contigo hace más de 20 años. A vos te
toca elegir, no puedes delegar esa responsabilidad porque sos la que
sabe a ciencia cierta lo que pasa en tu corazón y cómo quieres
pasar los días. Decidí siempre mirando para adelante, solo hay una
vida que es demasiado larga para sufrirla y corta para disfrutarla en
serio.
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